PAYASO

Allen Walker durante su niñez vivió en un circo, una parte que quisiera olvidar, pero es tan importante en su vida que es incapaz de hacerlo.
Su padre Mana siempre será su ejemplo por seguir, el mejor hombre que alguna vez pudo haber llegado a conocer, ninguno lo superaría, pero claro, ningún hombre podría llegar a ser como su padre.
Claro que si le dieran la opción de que otro hombre formara parte de su vida diría que sí, pero solo aceptaría un hombre, solo uno y a nadie más, a Kanda Yu.
Kanda es un japonés joven y guapo, que normalmente se encuentra con un mal humor. Kanda tiene el pelo largo y negro y ojos oscuros. Lavi hace usualmente el comentario de que Kanda es un tipo con un "Bonito carácter", y Allen dice que tiene un "rostro femenino"; el Inspector Galmar también lo llama "niño bonito". Kanda se irrita si los demás le tocan el pelo, así como se enojó con Lavi cuando intentó trenzarle el cabello. Kanda siempre cuando se encuentra con Allen Walker lo insulta diciéndole "brote de habas". Recientemente, cuando Mugen se convirtió en un tipo de cristal, él ganó dos estigmas en la parte inferior de sus antebrazos, debido a que su sangre salió de su cuerpo para formar una nueva espada Mugen.
En el pecho de Kanda hay un tatuaje que es el sello de sus capacidades regenerativas como Segundo Exorcista. Aunque el anillo alrededor cambia de símbolos (aparentemente en función de la gravedad de sus lesiones), el símbolo en el centro sigue siendo el mismo, siendo una variante del símbolo de "Om", un símbolo/sonido/sílaba que aparece en ciertas religiones y creencias como el hinduismo, el jainismo y el budismo.
Allen tenía un secreto y es que está enamorado del "Bakanda", sabe perfectamente que él nunca se interesaría en él, ¿Que tenia el de especial?, solo es un adolescente de 17 años, un simple joven de estatura media, aunque siempre recibe burlas por parte de Yu Kanda acerca de su estatura, aunque éste es de una alta estatura. Tiene un físico delgado pero musculoso, cabello blanco, unos ojos celestes grisáceos con una particular marca roja en el izquierdo, maldición que recibió de Mana Walker.
A causa de su Inocencia de tipo parásito, su brazo izquierdo es originalmente de color rojo, pero después de despertar a Crown Clown se vuelve de color más oscuro y de una apariencia escamosa, a causa de la Inocencia su brazo está un poco deformado, empezando desde su hombro y cubriendo su brazo en totalidad. La Inocencia de Allen Walker es destruida por Tyki Mikk en China, aunque se recuperará poco después. A partir de este punto su Inocencia toma una forma de color negra y con una apariencia más humana.
Aunque no es mucha la diferencia, Allen tiene 17 años y Kanda 19 años, pero a pesar de eso, Yu tiene una madurez increíble, aunque claro que a veces tiene actitud de un abuelo amargado.
Moyashi-chan. – le llamo gritando su amigo Lavi, un joven alto, guapo, con un buen físico y una piel de tez clara. Tiene un cabello color rojo brillante bastante largo que tiende a sostener con una banda. Sus ojos son color verde, se ve que constantemente llevaba un parche sobre su ojo derecho, y lo que se encuentra debajo es actualmente desconocido, aunque él ha indicado que no lleva el parche en el ojo debido a una lesión.
Lavi. – le respondió a su llamado.
¿Es cierto? – le pregunto en cuanto lo tuvo cerca.
¿Qué? – le pregunto con una mueca extrañada.
¿Qué vivías en un circo? – y un flashazo de un recuerdo asalto la mente de Allen, uno donde el tantas veces desprecio la compañía de Mana.
¿Por qué? – le respondió con otra pregunta.
Bueno... pues. – balbuceo nervioso ante lo que estaba por pedirle.
¿Si...? – le insinuó a continuar.
Pues veras, a Lena y a mi nos dio curiosidad por ver cómo te verías con un traje de payaso. – y detrás de Lavi salió una chica.
Lenalee es una joven esbelta y un poco alta. Tiene el cabello de color verde oscuro en el Anime y ojos grandes y tez blanca, y ella tiende a llevarse muy bien con los demás. Ella usa un uniforme de Exorcista modificado, que consiste en una chaqueta con mangas largas y una minifalda, lo que le permite liberar sus piernas para el uso de sus Botas Oscuras, las cuales requieren de toda la longitud de sus piernas por su estilo de lucha.
¡Ah! – grito asustado ante la visión de ese traje de payaso. – No yo no me pondré eso. – negó tratando de escapar de sus amigos.
No escaparas. – Lenalee activando sus botas y clavando una en la pared alado de la cabeza de Allen.
Lena...le... La...Lavi. – los llamo con voz asustada, tratando de que los dos se apiadaran de él, y sin poder salvarse, ambos se llevaron a Allen a su habitación, donde le colocaron el traje.
Cuando los dos lograron colocar en Allen el traje y lo maquillaron, lo llevaron al comedor, donde ya se encontraban todos, cuando los tres ingresaron al lugar se quedo en silencio, nadie hablaba, nadie se movía y parecía que nadie respiraba.
Allen vio a todos en el lugar, hasta que sus ojos chocaron con unos iris oscuros que lo miraban con asombro y burla mezclados.
Ne, Kanda, ¿Qué te parece? – Lenalee y Lavi lo llevaron enfrente del mencionado, quien solo veía a Allen fijamente.
Vaya, Moyashi, ya sabia yo que eras un payaso. – se burlo de Allen con una mueca de burla.
Sin poder soportarlo más, se dio la vuelta y salió de ahí tratando de retener sus lágrimas, se dirigió a donde estaba la puerta del arca, entro por esa puerta y otra, llegando así a un lugar desolado, a lo lejos se ve un árbol viejo y algo seco, debajo de este hay una cruz, una tumba que Allen conoce a la perfección.
Se acerco a pasos lentos, cuando estuvo enfrente se dejo caer de rodillas frente a la tumba, y sin contener mas sus lagrimas se soltó a llorar arruinando el maquillaje blanco de su cara.
Mana, lo siento, no puedo. – balbuceo entre hipidos. – No puedo seguir, se que te lo prometí, pero no puedo más. – agacho su cuerpo colocando sus brazos en el suelo y su frente sobre ellos.
Te extraño, Mana. – murmuro soltando un ultimo sollozo, pero sin levantar la vista, y sin ser capaz de escuchar los pasos que desde atrás de él se escuchaban, hasta que sintió unos brazos alrededor de su cuerpo que lo atraía y apretaba contra su pecho.
Shh, tranquilo. – trato de consolarlo mientras lo mecía suavemente, esa voz causo un sobresalto cuando identifico al dueño de esa voz, pero aun así no se alejó y continúo llorando. – Yo te ayudare, seré quien te de la fuerza para continuar. – así ambos se quedaron en aquel sitio mientras uno lloraba y el otro lo consolaba.

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