MI ALFA
NARRA LEVI
Soy Levi Rivalle Akerman, soy un omega de 17 años, soy alumno de preparatoria en el cuadro de honor, en busca y espera de su alfa príncipe azul, claro... hasta hace poco.
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Caminada a mi departamento, vivo solo desde los 10 años cuando mis padres murieron en un accidente de automóvil, estaba chocando mi buzón, normalmente me llevan cartas de familiares lejanos.
Espera no corras. – le escuche gritar a una mujer a su hijo que corría sin control.
Jajajajajajja, no me atrapas mamá. – le respondió a su madre corriendo. – Auch. – se quejó al chocar conmigo.
Cuidado mocoso. – le dije, pero un olor a caramelo llego a mis fosas nasales y causo que mi celo se disparara, esto no puede estar pasando, acaso él es, ¿mi alfa?, pero, es un mocoso.
Lo lamento. – me dijo mientras se acercaba la mujer madre del que parece ser "mi alfa". – Eren, ¿Estas bien?, te dije que no corrieras. – le regaño mientras lo levantaba el mocoso no dejaba de verme.
Mamá, mira, mamá, él tiene un olor muy rico. – me señalo viendo a su mamá con una sonrisa.
Mmmm... ya veo. – le devolvió la sonrisa, me miro. – ¿Usted es...? – me pregunto.
Levi Rivalle Akerman. – le dije extendiendo mi mano.
¡Qué bonito nombre! – exclamó el mocoso como ido, cosa que me sonrojo sin tener la intención de hacerlo.
Oye bebe, ve con Mikasa y Armin, ¿sí? – le ordeno haciendo que el mocoso solo asintiera y se fue corriendo a no sé dónde.
¿Usted también sintió el aroma de mi hijo? – me pregunto cuando el mocoso se fue, yo solo pude asentir y ella continuo. – Entonces, ¿Es usted la pareja de mi hijo? – hablo más para ella que para mí.
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Ha pasado una semana desde ese día y cada vez que pienso en esos ojos bicolor una prominente erección se forma en mi parte noble.
He tratado de olvidar, pero no puedo.
Regresaba de mi instituto cuando ese mocoso se acercó junto a otras dos chiquillas, una rubia y otra pelinegra con ojos fríos.
Hola señor, Levi. – me saludo con esa hermosa, brillante y amable sonrisa. – Miren chicos, él es el señor del que les hable. – me señalo, pero, yo no soy un señor, solo tengo 17 años.
No soy señor, solo tengo 17. – le dije siguiendo mi camino.
No, espere, ¿le podemos acompañar? – dijo con algo de, ¿timidez?, si bueno es algo inesperado.
No. – sentencié sin dudar y seguí mi camino, a pesar de que insistió más adelante, la respuesta no cambio.
Al llegar a el condominio de apartamentos donde vivo me encontré con un hombre alto, de alguna manera se parece a Eren.
Disculpe, ¿Es usted Levi Akerman? – me hablo en cuanto me acerque a él lo suficiente.
¿Qué necesita de mí? – le dije con mi monótona y fría voz.
Necesito hablar con usted. – me dijo con una seriedad con la que nunca nadie me había hablado pues en cuanto me escuchan hablar así comienzan a temblar.
¿Quién es usted? – él sabe mi nombre, pero yo el de él no.
Ah, perdón, ¿Dónde están mis modales?, Grisha Jeager, el padre de Eren Jeager. – así que él es el padre de ese niño, me tendió su mano a modo de saludo.
Levi Akerman. – le di un apretón de manos. – ¿Sobre qué quería hablarme? – lo guie a mi apartamento para hablar conmigo.
Lo que me trae aquí, joven Akerman es, como ya sabrá, hablar sobre usted y mi hijo. – yo simplemente me quede atento a escucharlo. – Es usted la pareja omega de mi hijo, ¿No? – así que ya lo sabe.
No entiendo que es lo que me tiene que decir. – esto me está preocupando.
Eren es un aún muy joven e imprudente. – si eso ya lo sabía. – Sé que usted es su pareja destinada y también se lo que es encontrar a su pareja, pero Eren aún no sabe nada de eso. – ya entiendo.
¿Qué es lo que quiere que haga? – entiendo a qué se refiere, pero no entiendo que es lo que quiere que haga.
Aléjate de él. – eso... eso es... imposible. – No me malentienda, solo no lo vuelva a ver hasta que sea mayor y pueda decidir qué hacer con su vida.
Bien. – esto es por el bien de Eren.
Yo me encargare de que no se le vuelva acercar. – esto es lo mejor a para Eren.
Después de eso el señor Jeager se marchó, al día siguiente no vi a Eren ni a sus amigos...
//////// CINCO AÑOS DESPUÉS//////
Caminaba en dirección a mi apartamento después de la universidad, después del día que el padre de Eren fue a hablar conmigo, no le volví a ver.
¿Quién eres? – había un chico castaño en la entrada del edificio.
Soy Eren, Eren Jeager, tu alfa. – Eren, ¿Él es el mismo Eren de hace cinco años?, no, no lo es, él ya es todo un adolescente.
¿Eren... Eren Jeager? – ya ha de tener unos 17 años, cuando lo conocí tan solo tenía 12, él ya es mayor.
Si, ese mismo, tu pareja alfa destinada. – se quién eres no hace falta que me lo repitas.
Lo siento, no conozco a ningún Eren Jeager. – seguí caminado sin darle atención, pero me tomo del brazo antes de irme.
Sí, me conociste hace cinco años, aquí mismo. – lo sé, pero no puedo aceptarte.
Yo me mude hace poco tiempo. – si para alejarlo tengo que mentir lo haré.
No mientas, oh, es acaso que, ¿Ya has encontrado a alguien más? – en su mirad puede ver tristeza y dolor.
Yo. – esto es lo mejor para ti, para los dos.
Levi, yo te amo, me gustas desde hace cinco años, espere encontrarte otra vez todo este tiempo... yo. – apretó sus puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos. – Lo lamento, no te volveré a molestar. – se giró sobre sus talones con intenciones de irse, Inconscientemente mi mano lo tomo de su playera y volvió a girarse.
Ah... yo. – le solté y pegué mi mano a mi pecho mientras veía el suelo.
Lo sabía. – me abrazo y de alguna manera me sentía feliz, tranquilo, amado y protegido.
Yo... No puedo dejarte ir. – no sé cómo o parque lo dije, pero no me arrepiento.
Me guio a mi departamento mientras me besaba con morbo y pasión, pero sobre todo amor.
No, aquí no. – le dije tratando de separarme un poco del fogoso beso, pues parece que quiere tener nuestra primera vez juntos en la sala.
Donde... mng... ¿Tu habitación...? – usando toda mi fuerza de voluntad lo guie a mi habitación.
Me recostó en mi cama, me quito la camisa bajo besando mi cuello, repartiendo mordidas y lamidas.
Aaaaah... Eren. – llego a mi pezón lo lamió con su lengua en círculos para luego morderlo y estirarlo.
Parece que eres muy sensible aquí. – se movió al otro e hizo lo mismo. – ¿Y aquí? – puso su mano en mi entre pierna para sobar mi miembro.
Aaah... no ... espe... espera. – desabrocho el botón y bajo mi cremallera metió su mano debajo de mis pantalones y ropa interior, tomo mi miembro y comenzó a sobarlo.
Bajo por mi abdomen repartiendo besos hasta llegar a mi pelvis, bajo mi ropa, beso la punta mi miembro, lamió toda la extensión de este para después meterlo por completo a su boca, diablos esto es asombroso, se siente genial.
Un calor recorrió mi cuerpo y se alojó en mi bajo vientre, no lo resistiré más, en cualquier momento me voy... a ... correr.
Aaah. – gemí/grité al momento de dejar salir mi esencia en su boca.
Eres delicioso, por dentro y por fuera. – se lamió los labios, tomo mis piernas y las levanto dejando al descubierto de mi virginal entrada.
No.... no mires así. – guie mis manos a mi entrada y la oculté.
No hagas eso, déjame ver. – tomo mis manos y las aparto, bajo su cara a mi entrada y sentí algo húmedo hacer círculos.
Aaaaah. – metió su lengua a entrada una y otra vez hasta que esa sensación se volvió muy placentera, pero sentí como algo más entraba, un dedo, se apartó de ahí pero no saco su dedo. – Aaaah. – sentí como tocaba un punto que me causo varias descargas eléctricas, causándome espasmos.
Lo encontré. – susurro con una sonrisa torturando ese punto una y otra vez, no supe cuando fue que metió los otros dedos, pero cuando los saco sentí una incomodidad por el vacío que dejo en mi interior, acerco su mano a su cara y lamió los cuatro dedos que hace un momento estuvieron en mi interior.
Voy a entrar. – me advirtió colocando su gran... gran falo en mi entrada.
Rápido, ¿Qué esperas? – me sentía ansioso, necesitado.
Parece que alguien está urgido. – se burló rodé su cintura con mis piernas y así hice que entrara de una sola.
AAAAAAAAAAAAAAAAh. – gemí ante su intromisión. – Muévete, rápido. – con mis piernas intente que entrara más.
Bien, aquí voy. – salió por completo y entro con fuerza, una y otra vez, hasta aumentar la fuerza y velocidad.
Eren... Aaaaaah... Er... Ere... AAAAAAAAAAAA. – gemí al volverme a correr.
Aaah... Aprietas deliciosa mente. – gimió antes de llenarme por completo de su esencia. – Aaah, Eso fue increíble.
Ya no logre escuchar más pues el cansancio me gano y caí dormido. A la mañana siguiente desperté con un dolor en mi trasero, mire al otro lado de la cama y estaba vacía, la puerta se abrió y entro Eren con una bandeja con comida.
Buenos días. – coloco la bandeja a un lado de la cama, me ayudo a sentarme correctamente. – Toma tu desayuno. – me entrego la comida, se veía rica, la probé y sabia tal como se veía.
Esta... muy rica. – sonrió con mi comentario, se quedó mirándome un largo rato hasta que termine de comer.
Dime Levi, ¿Qué pensarías de cargar a mis cachorros? – esa pregunta me tomo por sorpresa.
Seria, lindo. – no sé de dónde salió el decir eso, pero lo dije.
Que bien, ¿Cómo quieres que les llamemos? – espera, sé que dije que estoy de acuerdo, pero eso es un tanto apresurado.
¿Pero qué tonterías dices?, apenas nos encontramos hace unas horas y tú ya estás diciendo estupideces. – puso cara de confundido.
¿Pero, tú ya estás en cinta, puede que lo hayamos hecho ayer, pero tu olor empieza a cambiar? –¿está diciendo lo que creo que está diciendo?
Yo, ¿estoy...? – el me mostró una sonrisa muy grande.
Sip, estas esperando a mis cachorros, Levi. – esto sin duda alguna es inesperada, pero sin duda él es mi alfa y yo su omega
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